lunes, 21 de diciembre de 2020

només tinc epifanies perquè no acostumo a matinar

sé que és de dia perquè la llum travessa les escletxes de la persiana. també sé que és primavera perquè la finestra no està tancada del tot i entra una brisa que fa que m’arrauleixi a l’edredó buscant el teu peu amb el meu. dorms profundament tot i els ocells que m’han despertat a mi. són dos quarts de set del matí, i dubto. però em llevo, i amb la tassa de te a la mà enfonso descalços els peus al jardí. la casa està en silenci, estic preparada per l’estiu?

també sé que és primavera perquè un pollet de colom va morir ahir al jardí. va entrar caminant a casa per la porta, ferit però tranquil, com sabent el que venia. el vam deixar descansar sota l’ombra d’un arbre jove, al costat de la lavanda. l’hagués mirat als ulls per sempre. si tenia por, no ho semblava. quasi crec que em perdonava per no saber salvar-lo. potser va ser el bosc del jardí, i el vent que bufava fort i s’havia endut els núvols entre les agulles dels pins. acabant el te penso que jo també vull trobar un lloc plàcid on morir.

un nen petit apareix mig adormit i em demana companyia. jo em pregunto si farà prou calor avui per posar-me vestit. també si seré capaç de tornar a la ciutat. de baixar de la muntanya i allunyar-me de les flors i del petit que ara ja m’he acostumat a veure cada dia. allà no puc conduir fins a la mar amb la finestra baixada, la música suau i el vent als cabells. hi ha massa soroll. aquí no hi ha soroll. només ocells, un gos, un nen, un amor. una cadira on sec a llegir sota el sol. un jardí ple de flors que ha plantat la meva mare. la muntanya a la vora, i la promesa d’aigua per ajudar a passar l’estiu.

jueves, 23 de enero de 2020

al final ni nevó y yo me quedé triste

la tormenta me ha dejado la urgencia
de poner primera y apurarme

buscar alguna playa embravecida
de las que queden ahora que ha salido
otra vez y lamentablemente el sol
que deba confesar que me hará bien

aunque no me apetezca el bien

pero las ganas de no hacer son peores
si el día afuera está bonito
y no tienes excusa para la tristeza
ni para no haberte levantado de la cama

quizás lo que espero es que la lleve el viento
mientras me resfrío para nada
solo por poder decir que hice algo
ni que fuese un poco

también por poder decir que lo hice

por 
la 
blanda 
arena 
que 
lame 
el 
mar

y poder jurar que no malgasté
este puto privilegio de tenerla
este que no sé aprovechar

martes, 14 de enero de 2020

yo vengo a ofrecer mi corazón / 2

el olor a persiana bajada se cala hasta la muerte y te preguntas hace cuánto que la calle se ve así. si los colores siempre brillan fuerte o es que solo es hoy que lo ves todo sabiendo que no podrás verlo nunca más aunque sepas bien que sentirte así no es nuevo. y quizás es la conciencia de la cercanía y la distancia y sus desvelos o es el ruido del avión que te sigue desde lejos o son las ganas de no irte pero sí y ya mismo porque descubrir que los vacíos no se llenan es mucho más miedo del que te vendieron cuando te dijeron bienvenido ya has nacido y tú pobrecito no sabías dónde te metías, la verdad. por eso te enfadas cuando te piden que no llores porque no es tu culpa la belleza de todo y lo brillante de las luces y lo negro que es el negro cuando levantas la cabeza y ves que la sensación es la misma aunque sea distinta y aunque el cielo sea otro. porque lo es ¿no? yo es que de estas cosas no entiendo. pero sabe duro tenerlo todo ahí dentro y que sea imposible de explicar lo curioso de estar tan afuera y tan en sitio a la vez y nunca y siempre y poder sentir todos los días que los lugares se encasquillan en los oídos al pronunciar porque no puedes dividirte y multiplicarte para poder ser y dejar de ser. 

te morirás caminando de uno a otro lado sin llegar. 

y te parece bien.

quién dijo que todo está perdido / 1


siento que no quisiera llegar nunca
ahora que el aire se ha vuelto sólido 
haciendo del camino entre los árboles
algo muy ruidoso (pero bonito) 

(pero ruidoso)

y el viento frío sabe bien
aunque te cuartee las manos
porque ventila la pena
y te obliga a caminar
por todo eso de no morir congelado

la verdad es que no sé 
si estoy dónde estoy o adónde voy
o si estoy aún ahí de donde vengo
no sé si importa, en realidad

(por lo menos lo parece)