martes, 31 de enero de 2017

montclar, madrugada

la calidez, extraña
que me abarca
con la sordidez
de una avalancha
llega en ondas
vibrando lenta
en cuerdas tensas
bajo manos callosas
de dedos caminantes
y aun cuando
no se musita
ni una palabra
ondula el sonido y
testigo de todo
entiendo a tumbos
que si la madera
cobra vida
y te mira a la cara
y te besa la boca
y te habla
hay que tocarla